“Debemos brillar”, por lo cual hay que “vestirse en Dios que luz, día tras día, hasta que estemos completamente revestidos en Jesús.”
Fue el mensaje que compartió el Papa Francisco tras la celebración de la Epifanía, en la cual se recuerda la visita de los Magos de Oriente tras el nacimiento de Jesús.
Sin embargo, para poder “vestir el traje de Dios, que es sencillo como la luz, es necesario despojarse antes de los vestidos pomposos”.
Porque, “a luz de Dios no va a aquellos que brillan con luz propia (…) Es siempre grande la tentación de confundir la luz de Dios con las luces del mundo. Cuántas veces hemos seguido los seductores resplandores del poder y de la fama, convencidos de prestar un buen servicio al evangelio. Pero así hemos vuelto el foco de luz hacia la parte equivocada, porque Dios no está allí. Su luz tenue brilla en el amor humilde.”
En cambio, debemos actuar como “la luna que, a pesar de sus sombras, refleja la luz verdadera, el Señor: Él es la luz de mundo”.
Caso contrario a la experiencia de Herodes y los escribas, quienes, debido a la dureza de sus corazones, “se obstinan y rechazan la visita de ese Niño (…) prefieren las luces terrenas del éxito y del poder (…) no saben mirar más allá de las propias certezas (…) y se cierran ante la luz.”
“Ellos representan a cuantos, también en nuestros días, tienen miedo de la venida de Jesús y cierran el corazón a los hermanos y hermanas que necesitan ayuda”, señaló el pontífice.
Añadió que, para encontrar la luz, “es necesario levantarse, sobreponerse al sedentarismo y disponerse a afrontar un largo y arriesgado viaje para llegar a la meta y conocer la verdad sobre el Mesías”, de la misma manera en la que lo hicieron los Magos de Oriente, guiados por una estrella.
“Los Magos eran abiertos a la ‘novedad’, y a ellos se revela la más grande y sorprendente novedad de la historia: Dios hecho hombre. Los Magos se postran delante de Jesús y le ofrecen dones simbólicos: oro, incienso y mirra; porque la búsqueda del Señor no solo implica la perseverancia en el camino, sino también la generosidad del corazón.”
“Sus acciones revelan un contacto cercano con el Señor, una apertura radical a Él, una entrega total a Él. Ellos usan el lenguaje del amor, el mismo lenguaje que Jesús, aunque es un infante, ya domina. Ciertamente, los Magos van a el Señor, no a recibir, sino a dar.”
Los tres regalos que presentan ante Jesús también nos pueden dar una gran lección. En primer lugar, “el oro, considerado el elemento más precioso, nos recuerda que a Dios hay que darle siempre el primer lugar. Se le adora. Pero para hacerlo es necesario que nosotros mismos cedamos el primer puesto, no considerándonos autosuficientes sino necesitados.”
“Luego está el incienso, que simboliza la relación con el Señor, la oración, que como un perfume sube hasta Dios. Pero, así como el incienso necesita quemarse para perfumar, la oración necesita también ‘quemar’ un poco de tiempo, gastarlo para el Señor. Y hacerlo de verdad, no solo con palabras”.
Y, finalmente, ahí está la mirra, el ungüento que se usará para envolver con amor el cuerpo de Jesús bajado de la cruz. El Señor agradece que nos hagamos cargo de los cuerpos probados por el sufrimiento, de su carne más débil, del que se ha quedado atrás, de quien solo puede recibir sin dar nada material a cambio. La gratuidad, la misericordia hacia el que no puede restituir es preciosa a los ojos de Dios”, señaló el pontífice.
Tras dar sus preciados tesoros, los Magos retornaron a sus países “por otro camino”, ya que “cada vez que un hombre o una mujer encuentra a Jesús, cambia el camino, regresa a la vida de un modo diferente, regresa renovado, pero en otro camino”.
Así, concluyó el Santo Padre, “también nosotros, dejémonos iluminar por la luz de Cristo que proviene de Belén. No permitamos que nuestros temores nos cierren el corazón, sino tengamos el coraje de abrirnos a esta luz (…) solo entonces, como los Magos, proveeremos ‘una alegría grandísima’ que no podremos retener para nosotros mismos: la salvación ofrecida por Dios en Cristo”. Después de todo, “Él es un regalo para todos”.
Fuentes
Like the magi, follow Christ's light, Pope Francis says
El Papa: ¿Y tu regalo para Jesús? Gratuidad y misericordia
Homilía del Papa Francisco en la Solemnidad de la Epifanía del Señor
El Papa invita a abrir el corazón a Jesús como los Reyes Magos y no cerrarse como Herodes
Epifanía del Señor: Papa Francisco explica los regalos de los Reyes Magos al Niño Jesús