Publicado en Fe
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Conserva alta la moral aun cuando sientas cansancio o tibieza. Pasarán los negros nubarrones y el cielo se despejará. Sólo tienes que esperar a que las nubes se disipen (Card. Van Thuan).

La audacia no es aventura ni temeridad. Para recorrer el camino de la esperanza, necesitarás audacia. ¿Cuántos había al pie de la cruz? (Card. Van Thuan).

Cada mañana, al despertarte, vuelve a empezar tu vida con entusiasmo y optimismo. Sean cuales sean los obstáculos que obstruyen el paso, tú caminas con el Señor como en el camino de Emaús: y llegarás a la meta (Card. Van Thuan).

Mons. Hervás, nombrado obispo de una diócesis formada por sacerdotes de conducta relajada y por fieles de muy escasa práctica religiosa, sufrió serias preocupaciones. Después de orar, meditar y consultar, se decidió por la solución de unos ejercicios espirituales con una metodología original de purificación interior, de santificación personal y de formación: los Cursillos de cristiandad. Se estabanhaciendo sentir ya sus buenos efectos, cuando un cierto número de personas de su diócesis se opusieron violentamente a su persona y a su obra y la llevaron ante la autoridad del papa.

Para evitar el escándalo, el obispo fue trasladado a la diócesis más pequeña de España. Allí cayó sobre él otra prueba. Su sucesor publicó un decreto en el que acusaba a los Cursillos de herejía y desviación moral. Pero, con el apoyo tácito del papa, Mons. Hervás perseveró en su proyecto, y con el tiempo ganó muchas simpatías para su causa entre los cristianos, el clero y la jerarquía. Hoy el movimiento de Cursillos está extendido por todo el mundo, con la bendición y el apoyo de los obispos. La humanidad y la perseverancia de Mons. Hervás siguen sosteniéndolo en sus inevitables pruebas.

Cardenal Van Thuan

Siervo del Señor, Francisco Xavier Nguyen Van Thuan fue arzobispo coadjuntor de Saigón, fue arrestado por el régimen comunsta y pasó 13 años en la cárcel, 9 de ellos en aislamiento. En prisión escribió Mil y pasos en el camino de la esperanza. En 1991 fue liberado, Juan Pablo II le nombró, en 1994, presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz. Fundó Mater Unitatis. Falleció el 16 de septiembre de 2002 en Roma. Actualmente, se sigue un proceso para su canonización