Todos en algún momento nos hemos quejado. Sin importar la circunstancia o lo justificado que sea la queja, ésta tiene sus consecuencias, aunque no sean evidentes en el momento.

Y es que quejarse constantemente hace que la persona con estos pensamientos se vuelva más negativa. Esto ocurre porque el cerebro a la hora de crear nuevos pensamientos utilizará las rutas neuronales más fáciles y rápidas para procesar el pensamiento, y si uno se queja demasiado, estas rutas serán precisamente las formadas por pensamientos negativos, por lo cual los nuevos pensamientos probablemente sean negativos.

Además, tener pensamientos negativos se ha ligado a una mayor producción de cortisol, también conocido como la hormona del estrés. Niveles altos de esta hormona se interponen con el aprendizaje y la memoria, y también tienen efectos negativos en el sistema inmune.

Ser negativo no solo está vinculado con el estrés, también afecta otras áreas de la salud, pudiéndose relacionar con una presión arterial más alta, y a su vez con otras enfermedades cardiacas. Asimismo, en algunos casos la obesidad y la diabetes también se han vinculado con altos niveles de estrés.

Así que para tener una mejor salud comienza por dejar de quejarte.