
Hace ya unos años, el profesor Andrew Oitke publicó su libro “La Obesidad Mental”. Un libro controvertido, polémico y con críticas encontradas.
En él, señala Oitke que hace apenas unas décadas la humanidad cayó en la cuenta y tomó conciencia del daño provocado por la obesidad física, causada por una alimentación poco sana y llena de excesos.
Ante este “peligro” se generaron en el mundo entero grandes campañas y programas para combatir esta enfermedad.
Pues bien, esta obesidad pasó del campo de lo físico al intelectual –dice Oitke. Así, encontramos un mundo lleno de información pero que no es capaz, en ocasiones, de asimilar o aprender. Una realidad que podría ser descrita analógicamente como: “Un mar de conocimientos pero con un dedo de profundidad…”
Andrew Oitke compara así los noticieros y telenovelas con “hamburguesas del espíritu”; las revistas y novelas baratas con “donas para la imaginación”. En los medios impera el sensacionalismo, el chisme y el morbo.
“Cualquier padre responsable sabe que sus hijos enfermarían si comen sólo dulces y chocolate… No se entiende, entonces, cómo es que tantos educadores, aceptan que la dieta mental de los niños esté compuesta por caricaturas y videojuegos…” compuesta de violencia y de imágenes grotescas con personajes que se realizan cunado violan o matan; cuando insultan o humillan a los demás. Sólo odio y venganza.
Con estos “alimentos” ¿Qué comportamiento esperamos de ellos? ¿Puede alguien buscar la justicia y la paz, cuando se alimenta de venganza y desprecio?
Si ese es su alimento, que no nos sorprenda el Bullying que presenciamos casi a diario en las escuelas. Que no nos sorprenda su apatía y rebeldía por la vida.
“No sorprende que, en medio de la prosperidad y abundancia, las grandes realizaciones del espíritu humano estén en decadencia… La familia es destruida, la tradición olvidada, la religión abandonada, la cultura se banalizó, el folklore entró en caída libre, el arte es fútil, paradoxal o enfermo… Florece la pornografía, el charlatanismo, la imitación, la insipidez y el egoísmo…”
Una dura crítica sin duda la del profesor Oitke, pero que en verdad nos invita a reflexionar.
Hasta pronto
Tu amigo Zurc0
Twitter: @Zurc0