Manami Ito demuestra que todo es posible al convertirse en violinista a pesar de haber perdido el brazo derecho.
Manami Ito (伊藤真波) era una joven curiosa y talentosa, estudiante de enfermería y apasionada tanto de la música como del deporte. Pero repentinamente sus sueños parecieron verse frustrados: a los 20 años, el camión en el que se dirigía a la escuela de enfermería chocó con una motocicleta. Aunque logró sobrevivir al accidente, el brazo derecho de Manami Ito sufrió graves fracturas, por lo que tuvo que ser amputado.
El fatal accidente hizo que la muchacha cayera en una grave depresión, convencida de que ya no podría convertirse en enfermera, ni disfrutar de sus pasatiempos favoritos, como la natación que practicaba desde la infancia, o de tocar el piano ni el violín.
Sin embargo, un curioso incidente le devolvió la esperanza. En una de sus visitas al hospital para su tratamiento de rehabilitación vio a dos hombres, uno con sus dos piernas amputadas y el otro con hemiplejía, ambos en sillas de ruedas. Estaban jugando básquetbol. Entonces Manami Ito se dio cuenta que podía volver a intentar realizar sus sueños.
Así se convirtió en la primera enfermera de Japón en usar una prótesis. También retomó su pasión por el deporte, convirtiéndose en una gran nadadora y participando en los Juegos Paraolímpicos de Beijing 2008 (quedando en el 4º lugar) y en los de Londres 2012 (obteniendo la 8ª posición).
Esto no fue suficiente para la enérgica Manami Ito. En forma de agradecimiento para todos los que la apoyaron en su camino, especialmente su familia, decidió volver a tocar el violín, el instrumento favorito de su madre. Para ello requirió un brazo prostético hecho a la medida, con resultados sorprendentes.
Tras casarse y tener una hija, Manami Ito decidió dejar de practicar la enfermería. Ahora se dedica a dar conferencias y conciertos con su violín, demostrando lo lejos que la ha llevado su fuerza de voluntad y dándole ánimos y esperanzas a otras personas con discapacidad.