Ella era niña de 14 años. Alta, pelo negro y hermosos ojos cafés, apasionada por el baile, y cálida como el sol. Él era un niño de 16 años. Estatura normal, pelo rizado y café, pequeños ojos tímidos que brillaban como lámparas en la oscuridad. Serio y frío como la nieve.

Un día, sus caminos se cruzaron. Se miraron, ya estaban enamorados perdidamente. Fue romántico, fue hermoso.... Fue lo mejor que les pasó en la vida, ¡era magia!

Pero, siempre hay peros.... Él le dijo: tiene que ser secreto. Decía que no podían estar completamente juntos. Por que él ya estaba con una niña de su edad.

Pasaron meses y ella ciegamente le seguía haciendo caso y lloraba por él. No se daba cuenta, aún, de que le hacía daño. Ese amor falso que tenían, terminaría mal, al igual que ella. Su cabeza le decía, que esto tenía que terminar ¡ya! Antes de que fuera demasiado tarde. Que ya bajara de esa nube.

Hasta que un día, reaccionó. Se junto con él, y empezó a hablar.... "Quiero seguir contigo, pero no puedo seguir en este juego. No puedes tener a las dos." Él con una pequeña sonrisa le dijo: "Tienes razón, pero no puedo, se ve mal, por la edad." Ella bajando la mirada, fue cambiando su hermosa sonrisa. Le dio un beso y se marchó.

Al otro día ella estaba muerta en la cama, se levantó y escribió en la pared.... "El amor no tiene edad" Cuando él lo vio, se le salieron las lagrimas, y escribió lo mismo. Al otro día él amaneció y triste escribió... "Ella tenía razón, el amor no tiene edad"

Ella no lo volvió a ver, pero él siempre la recordará. Y siempre, cargará con esa culpa y ese pensamiento... "Por qué no me di cuenta antes..."

Si tienes claros tus sentimientos, dale lo mejor a cada día. Arriésgate, ama y vive. No dejes que se repita esta historia, no esperes perder a las personas, para decirles cuanto las amas, ¡házlo todos los días!