
Durante nueve días previos a la celebración de la Navidad se celebran las posadas, que recuerdan el peregrinaje de la Virgen María y San José rumbo a Belén. Conoce un poco más de la historia de esta tradición navideña.
¿Qué se celebra?

Según los relatos tradicionales, el patriarca José, acompañado de su esposa María, caminó desde la ciudad de Nazaret a Belén para cumplir con sus obligaciones fiscales. Al llegar, la Virgen estaba a punto de dar a luz a su hijo Jesús. Al ser rechazados en el mesón y en no pocos hogares, tuvieron que refugiarse en un establo que personas bondadosas les habían ofrecido. Este evento se conmemora ahora en varios países del mundo católico, incluyendo a México, Honduras, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica y Panamá, durante los nueve días anteriores a la Nochebuena, es decir, del 16 al 24 de diciembre.
Según diferentes versiones, los nueve días previos se conmemoran ya sea porque representan el tiempo que les llevó a María y José realizar el viaje de Nazaret a Belén, o porque representan los nueve meses de embarazo de la Virgen María. Como sea, las posadas son unas fiestas llenas de tradición y fuertemente arraigadas en la tradición católica, por lo que es conveniente conocer un poco más de la historia detrás de las mismas.
El Origen

Según concuerdan varios historiadores, las posadas tienen su origen en la Nueva España, como un intento de los misioneros españoles que llegaron a México a finales del siglo XVI para evangelizar las recién conquistadas tierras, sustituyendo así a las celebraciones dedicadas a Quetzalcóatl y Huitzilopochtli que ocurrían durante el mes de diciembre.
En México, existe constancia de que en 1587 el religioso agustino fray Diego de San Soria, prior del convento de San Agustín Acolman, en el actual Estado de México, solicitó (y obtuvo) una bula del entonces Papa Sixto V para celebrar anualmente, en esa sede y otras del Virreinato, misas de aguinaldo que recordaran la peregrinación de María y José. En estas Misas, se intercalaban pasajes y escenas de la Navidad. Para hacerlas más atractivas y amenas, se les agregaron luces de bengala, cohetes y villancicos y posteriormente, la piñata.
Los misioneros convocaban al pueblo al atrio de las iglesias y conventos y ahí rezaban una novena, que se iniciaba con el rezo del Santo Rosario, acompañada de cantos y representaciones basadas en el Evangelio, como recordatorio de la espera del Niño y del peregrinar de José y María de Nazaret a Belén para empadronarse. Al terminar, los monjes repartían a los asistentes fruta y dulces como signo de las gracias que recibían aquellos que aceptaban la doctrina de Jesús.
Tradición popular

En un principio, esta fiesta se desarrolló en los atrios de los conjuntos religiosos y después se extendió hacia la vía pública. "Las calles se llenaban entonces de mucha gente que con gran bullicio se formaba en procesiones. Había profusión de luces, tanto desde las ventanas de las casas como con las velas que llevaban cada uno de los participantes. Todos cantaban y bailaban, pero en el momento preciso se arrodillaban y rezaban".
Para el siglo XIX las posadas se encontraban ya firmemente instaladas en el interior de las casas, pero las concentraciones en las calles y en las iglesias no acabaron. Existen reseñas de aquellos años que describen varios tipos de posadas llevadas a cabo por diferentes grupos sociales como los de la alta aristocracia, quienes celebraban con suntuosidad y sin escatimar en decoración, belleza y variedades de figuras para el nacimiento y fuegos artificiales. Se dice que en aquellos jolgorios había niños vestidos de ángeles que llevaban túnicas de tela metálica con hilos de plata o de oro, penachos de plumas blancas, zapatos de satín blanco, bordados en oro y una profusión de finos diamantes y perlas en cintas para la cabeza, broches y collares.
Por su parte, en las casas de la clase media se solía festejar durante nueve veladas. Los hogares eran adornados con heno, ramas de pino, farolas de papel o vidrio, y se celebraba la posada de manera muy parecida a la actualidad, pero con la diferencia de que en aquel tiempo se tronaban ruidosos cohetes y se rezaba al momento de la entrada de los peregrinos, después de pedir posada.
En la actualidad

Desde la mitad del siglo XX, los adornos de faroles se reemplazaron por foquitos de colores y luces eléctricas. Ya no hay músicos vivos y se tocan play list para alegrar la fiesta. En vez de hacer estallar cohetes se distribuyen a los invitados centellantes luces de bengala. Hoy en día la colación se reparte en bolsas de plástico con detalles navideños.
Sin embargo, hay varios elementos que toda celebración de las posadas debe contar:
- Se adorna la casa con faroles (y a veces con manteles) de papel picado
- Para la procesión, los invitados deben formar una fila y cantar los párrafos de la letanía, al frente de ellos deben ir los Santos Peregrinos
- Posteriormente, los asistentes se dividen en dos grupos: el primero pedirá posada fuera de la casa y el segundo se colocará dentro de ella para responder a los cantos y dar posada
- Al terminar el acto religioso (que incluye también un Rosario), se repartirá la colación en canastitas de papel, además de las luces de bengala y los silbatos
- El momento más esperado de la posada llega: la ruptura de la piñata
- Una vez que se haya roto la piñata, se reparte una porción de fruta a cada invitado. Finalmente se dará por terminada la fiesta degustando un vaso con ponche o atole para contrarrestar el frío; éstos serán el complemento ideal de los tamales y los buñuelos hechos en casa
Ahora que ya conoces un poco de la historia de esta tradición, lee más acerca del significado de cada uno de los elementos de las mismas en Las Posadas, ¿qué significan?
Fuentes
Las Posadas: ¿qué significan y cómo hacer una?
La Navidad y sus Tradiciones: Las Posadas
Posadas mexicanas: historia, tradiciones y significado