
El famoso escritor y aviador francés, autor de El Principito, desapareció misteriosamente durante una misión de reconocimiento sobre el Mediterráneo durante la Segunda Guerra Mundial. ¿Qué es lo que realmente pasó?
Saint-Exupéry ya no era un piloto joven, con 43 años de edad y dolores por las múltiples fracturas que había sufrido en diversos accidentes era el piloto más veterano de su unidad. Encargado de vuelos de reconocimiento en el sur de Francia previo a la invasión aliada, utilizaba un viejo avión P-38 Lighting sin armamento.
La última misión de Antoine de Saint-Exupéry
El 31 de julio de 1944 a las 8:45 despegó desde Córcega por última vez. No regresó nunca. A las 13:00 se dio la voz de alarma y los radares no pudieron localizarlo. El 1 de agosto, una mujer reportó haber visto la caída de un avión francés, cerca de Tolón. Un cadáver con insignias francesas fue encontrado, días más tarde, al sur de Marsella y enterrado sin identificar.

Una muerte misteriosa
Su muerte resultó un misterio durante décadas y se especularon muchas posibilidades: que había sido derribado por un avión alemán, una falla mecánica, o que había sufrido un desmayo.
Hasta se ha manejado que se suicidó o fingió su propia muerte. Esto debido a que tenía marcadas diferencias con Charles De Gaulle, el líder de la resistencia francesa. Saint-Exupéry desconfiaba de él debido a sus tendencias autoritarias. De Gaulle le pagó retirándolo de la Fuerza Aérea Libre de Francia e insinuando que colaboraba con los alemanes.

Según algunos reportes, se requirió de la intervención del general Eisenhower para poder reinstalarlo. Era la parte final de la guerra y Saint-Exupéry había caído en una profunda depresión y tomaba alcohol fuertemente. Se dice que un día antes de su misión final, invitó a nadar a un amigo al mar diciendo “ven a nadar conmigo, tú nunca sabes, tal vez no esté aquí mañana”.
Sospechas y más sospechas…

Cada pista que se ha descubierto de este misterioso caso ha levantado controversia. En 1998, un pescador Jean-Claude Bianco, trabajando al sur de Marsella, encontró un brazalete de plata con el nombre del piloto y el de su esposa Consuelo. Sin embargo, la prensa y la familia del famoso piloto acusaron al pescador de haber falsificado la prueba.

Un buzo profesional, Luc Vanrell, si creyó en la palabra del pescador, pues su padre le había comentado que había visto un avión sumergido cerca de donde se había encontrado el brazalete. Decidió buscarlo y finalmente lo encontró y lo identificó como el avión de Saint-Exupéry en 2004.
Nuevamente la prensa arremetió contra el buzo. Entonces, intervino el gobierno francés que confirmó el descubrimiento por medio del número de serie. Al parecer el avión explotó al caer en el mar dejando sólo algunos restos con los que no se pudo identificar la causa de su caída.

Luc Vanrell contactó a un historiador alemán, Lino von Gartzen, que decidió continuar indagando para conocer las causas reales del accidente. A través de los archivos de Luftwaffe, realizó cerca de 1,200 entrevistas a pilotos alemanes y sus familias en busca de la verdad.

“Yo derribé a Saint-Exupéry”
Hasta que un día Gartzen encontró a Horst Rippert, un piloto alemán que tenía recuerdos muy claros del 31 de julio de 1944. Cuando lo entrevistó, Rippert le dijo: “Pude dejar de investigar ahora porque yo derribé a Saint-Exupéry”. El antiguo piloto alemán entonces le describió cómo vio un avión P-38 volando debajo de él, fue en su búsqueda y lo derribó. "Ví sus marcas, maniobré para ponerme detrás de él y le disparé".

Sin embargo agrega “No pude ver al piloto y aun así, me hubiera sido imposible saber que era Saint-Exupéry. Tenía la esperanza y aún la tengo de que no fuera él”. Gartzen siguió investigando la historia de Rippert por dos años y para él como historiador profesional es ésta es verdadera.
Arrepentimiento de un fan de Saint-Exupéry

Horst Rippert se convirtió en un exitoso comentarista deportivo en Alemania. Dice que mantuvo su historia en secreto para no ser vilipendiado por la prensa. Gartzen asegura “él se siente culpable y muy, muy, muy apenado por lo que pasó. Tenía mucho miedo que la prensa barata lo masacrara.”
Ahora, Rippert expresa sus sentimientos de arrepentimiento por haber derribado a Saint-Exupéry: “En mi juventud, en la escuela, todos lo habíamos leído. Amábamos sus libros”.
En otra entrevista afirmó: "Si hubiera sabido que era Saint-Exupéry, yo nunca lo hubiera disparado. ... Sabía que era un piloto francés, pero él era probablemente mi autor favorito en ese momento". El ex-piloto de Luftwaffe añadió "¿Quién sabe que otros grande libros hubiera escrito?"
¿Un misterio resuelto?
Para algunos es un caso cerrado, pero para otros aún no se ha resuelto la misteriosa muerte de Saint-Exupéry. Hay al menos otro piloto alemán al que se le asigna el derribo del avión de Saint-Exupéry. Y muchos siguen poniendo en entre dicho el testimonio de Rippert y los hallazgos del brazalete y el avión de Saint-Exupéry. Tal vez nunca se llegue a aclarar por completo, más allá de toda duda, las circunstancias de su misteriosa muerte.