
El internet ha traído grandes cambios en la forma en la que nos relacionamos y comunicamos con los demás, sobretodo en este gran auge que están experimentando las redes sociales. Sin embargo, ¿puede todo esto compararse con una verdadera y profunda amistad o solamente estamos creando relaciones superficiales?
Las redes sociales sin duda son un gran avance en la tecnología de la comunicación. No solo permiten permanecer en contacto con cuantas personas conozcamos en nuestra vida, también nos sirven para encontrar aún más personas que compartan nuestros intereses comunes. Así, nos vemos abarrotados de amigos con los cuales podemos compartir de todo en cualquier momento. ¿no es cierto?
No del todo, ya que para una verdadera amistad se requiere no solo reciprocidad, también confianza e intimidad, y por consiguiente tiempo. Una verdadera amistad necesita que cada una de las partes tenga un tiempo para escuchar al otro y para ser oído en retorno, situación que se da naturalmente en una conversación, pero que en las redes sustituimos por simples “Me gusta”.
Aunque es posible tener relaciones significativas por estos medios, la clave para ello es darse el tiempo para profundizar en la relación. El número de “amistades” condicionará el tiempo que tengamos con cada persona; así, entre menos amigos tengamos, más fácilmente podremos entablar una relación significativa con ellos. Por el otro lado, demasiadas “amistades” nos impedirán tener el tiempo suficiente para conocer más allá de las apariencias a cada uno de ellos.
De hecho, investigaciones han concluido que, tanto en línea como físicamente, las personas pueden mantener de 100 a 200 relaciones estables. De ellas, solamente se llega a tener una cercanía amistosa con alrededor de 5 personas.
Si sobrepasamos estos límites, en la mayoría de los casos encontraremos que a pesar de la popularidad alcanzada y los grandes números de “seguidores”, pocas serán las verdaderas amistades, ya que con un amigo no solo se comparte lo mejor de la vida, se comparten todos los espectros que esta puede ofrecernos.
No hay nada de malo en tener muchos contactos, siempre y cuando no tratemos de usarlos como sustituto para las verdaderas amistades. Los verdaderos amigos te quieren tal y como eres, sin los filtros que pone la vida digital. Recordemos entonces, como dice la psicóloga Jara Pérez, “mantener esas amistades que nos devuelven una imagen de nosotros mismos ajustada a la realidad; amigos que son capaces de confrontarte y de decirte que no tienes razón o que estás actuando de manera egoísta”. Después de todo, ¿para qué son los amigos?