Tanto si se trata de ti como si se trata de los demás, ¡no lo dudes! (...) Quien nos hace pescadores de hombres es Dios (Card. Van Thuan).
Deberías escoger a tus colaboradores; pero evita las críticas, la falta de confianza y los desprecios. Los apóstoles que eligió Jesús para edificar la Iglesia no carecían de defectos. El Señor sólo tuvo en cuenta su sencillez y su fidelidad para seguirlo (Card. Van Thuan).
Para el apostolado, es de la mayor importancia reclutar y formar militantes entregados y a toda prueba. Un ilustre dirigente decía: «Dadme trescientos militantes y me mantendré en el poder hasta la muerte». Para subsistir hasta el fin de los tiempos, Cristo no escogió más que a doce apóstoles (Card. Van Thuan).
Tanto si se trata de ti como si se trata de los demás, ¡no lo dudes! Un pescador como Pedro y un recaudador como Mateo se convirtieron en apóstoles: «Seguidme y os haré pescadores de hombres» (Mt 4,19). Quien nos hace pescadores de hombres es Dios (Card. Van Thuan).
San Juan Bosco era un valiente apóstol de los niños pobres y abandonados, a los que recogía y educaba. A pesar de que en varios de ellos volvían los malos instintos, él no perdía la esperanza de devolverlos al buen camino. Algunos incluso se hicieron sacerdotes y apóstoles a su vez. Uno de ellos, Cagliero, fue obispo y cardenal. Otro de sus discípulos preferidos, Domingo Savio, a pesar de su juventud, llegó a una verdadera santidad.