Síndrome postaborto

Publicado en Familia
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En los últimos años, se ha suscitado un amplio debate entre la población y grupos con diferentes corrientes ideológicas ante modificaciones a la ley que permiten la interrupción voluntaria del embarazo, algunos a favor y otros en contra; se habla de fomentar y proteger los derechos de la mujer. En esta ocasión, nos centraremos en las consecuencias psicológicas en mujeres que han tomado la difícil decisión de interrumpir voluntariamente su embarazo.

Cualquiera que sea la razón que lleve a una madre a tomar la decisión de interrumpir voluntariamente su embarazó, se convierte en suceso que conllevan una serie de crisis, tanto sociales como personales. Además, las mujeres que toman esta difícil decisión, en ocasiones no son informadas debidamente de todos los riesgos físicos y psicológicos que pueden llegar a presentar tanto a corto como a largo plazo.

Cuando una mujer toma la decisión de interrumpir su embarazo no le brinda el reconocimiento de persona al hijo que tiene es su vientre, y busca por todos los medios de justificar su decisión y mitigar los sentimientos de culpa con ideas como: “solo era un conjunto de células”, “aun no es un ser humano”, “No es capaz de sentir dolor”, etc., negando la posibilidad de sentir pena y dolor por la muerte de un ser querido, impidiendo la oportunidad de tener un duelo que le permita sanar la herida emocional y curar la culpa que tarde o temprano sentirá. Esto ocasiona secuelas que pueden culminar en el desarrollo del síndrome postaborto.

El Síndrome postaborto es una condición que tiene amplias repercusiones psicológicas y emocionales, las cuales pueden llegar a ser muy graves para la mujer; el síndrome cumple con los criterios diagnósticos internacionales de trastornos psiquiátricos y, de trastornos por estrés postraumático (Ortega, 2012). Algunos de los síntomas más característicos son: negación, ira, culpa, dificultad para relacionarse con los demás, depresión, ansiedad, pesadillas, autocastigo, trastornos alimenticios, pensamientos o tendencias suicidas.

Aunque los síntomas del síndrome postaborto son más comunes en mujeres, pueden llegar a padecerlo hombres y mujeres que han perdido a un niño por la condición de aborto, bien sea voluntario o espontaneo. Y los síntomas del síndrome pueden aparecer incluso años después del suceso de aborto.

Según Ortega (2011), el 30-55% de las mujeres que abortan tienen ideas de suicidio, y entre el 7-30% llegan a cometer intentos de suicidio, este comportamiento es más común en mujeres menores de 30 años, y en mujeres con antecedentes de alteraciones psicológicas o tendencia suicida. En este sentido, se identifican a las mujeres que han sufrido algún aborto una mayor tendencia a adoptar actitudes más imprudentes y temerarias que ponen en peligro su vida. (María, 2001).

Por otra parte, algunos estudios (Reardon DC. et al. 2003, Porozhanova V. et al. 1994) han identificado que el aborto provocado aumenta el riesgo de tener alteraciones en el estado de ánimo, presentando una mayor disposición a la depresión patológica en cuanto a aquellas mujeres que no abortaron sus embarazos no planificados. En este sentido, en el año 2008 se realizó en Noruega un estudio longitudinal con 768 mujeres de entre 15 y 27 años (Penderson W. 2008), encontrando que las mujeres que se realizaron un aborto provocado puntuaron patológicamente para el diagnostico de depresión siendo esta estadísticamente significativa.

El contar con más datos que ayuden a comprender mejor este fenómeno se dificulta, debido a que generalmente las mujeres que deciden abortar no suelen seguir relacionándose con el médico que realizo el aborto, y en muchas ocasiones estas mujeres prefieren ocultarlo y no hablar de ello debido a los mismos sentimientos negativos que dicha practica ocasiona.

Sin duda alguna, el tema del aborto ha sido un tema polémico a través de la historia humana. Actualmente, las reformas a la ley han generado mayor aceptación social hacia esta practica y en ocasiones se llega a generar presión en las mujeres para que adopten esta practica. La realidad es que tanto las madres como los hijos abortados sufren, se produce malestar emocional en las mujeres que deciden abortar lo que vulnera su salud física y emocional.

Bibliografía:

Ortega Barreda, Elena. Secuelas Psicológicas tras la Interrupción Voluntaria del Embarazo en Adolescentes. ENE, Revista de Enfermería 5(1):25-32, abr 2011. Disponible en http://enfermeros.org/revista

María Valent. La mujer, víctima del aborto. Revista Arbil, número 55, 2001

Reardon DC, Cougle JR, Rue VM, Shuping MW, Coleman PK, Ney PG. Canadian Medical Association Journal 2003, 168:1253-6.

Porozhanova V; Atanasova, P; Goranov M. Abortions on Demand in adolescent. Akush-Ginekol (Sofiia); 33(2): 20-3, 1994

Pedersen W. Scand J Public Health. 2008, 36:424-8.?

C. Gómez Lavín, R. Zapata García, “Categorización diagnóstica del síndrome postaborto”. Notas clínicas, servicio Navarro de salud mental. Clínica Universitaria y Facultad de Medicina de la Universidad de Navarra Pamplona (Navarra). Pp 6. Año 2005.

Gurpegui, Manuel, Jurado, Dolores, COMPLICACIONES PSIQUIÁTRICAS DEL ABORTO Cuadernos de Bioética [en linea] 2009, XX (Septiembre-Diciembre) : [Fecha de consulta: 22 de agosto de 2017] Disponible en:<http://uag.redalyc.org/articulo.oa?id=87512342006> ISSN 1132-1989

Imagen:

Monumento al Niño No Nacido, de Martin Hudáceka

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