Con estos consejos de los expertos para tener un cerebro saludable.
Cuerpo sano, mente sana
Uno de los principales consejos para mantener un cerebro saludable es tener asimismo un cuerpo sano. Y es que todo lo que le hacemos a nuestro cuerpo tiene repercusiones en nuestro cerebro.
Eres lo que comes
Por ello es importante comer adecuadamente y vigilar la dieta, ya que tanto como un exceso como una escasez de alimentos puede afectar negativamente a nuestro cerebro. Una dieta pobre en calorías tiene como consecuencia distracción, confusión y deterioro de la memoria; mientras que una dieta alta en grasas saturadas y carbohidratos puede conducir a largo plazo a un funcionamiento lento.

Lo importante por lo tanto es mantener un equilibrio entre todos los grupos alimenticios, pues todos tienen su función específica. Los carbohidratos son la principal fuente de energía para el cerebro, por lo cual nunca se deben de desechar por completo de la dieta. Asimismo, ciertos lípidos, como el Omega 3 y los ácidos grasos esenciales, son fundamentales para una buena función cerebral.
¡Ejercítate!
Si, el ejercicio aeróbico también le hace bien a tu cerebro, pues varias investigaciones han vinculado esta clase de actividad física no solo con beneficios para el corazón y los pulmones, sino también como una forma de prevenir el envejecimiento del cerebro.

Además, varias enfermedades como la diabetes tipo II, la obesidad y la hipertensión, se han relacionado con un mayor riesgo de deterioro cognitivo y deterioro de la memoria. Es notable cómo todas estas enfermedades pueden ser prevenidas o controladas con la dieta adecuada y ejercicio físico, con lo cual no solo le haremos un favor a nuestro cuerpo, también el cerebro se verá beneficiado.
De los complementos
Los complementos alimenticios han dado mucho que hablar últimamente, surgiendo incluso productos “naturales” que dicen ayudar a mejorar la función cognitiva del cerebro. Se debe tener mucho cuidado, pues al ser suplementos alimenticios no se encuentran tan regulados por la normatividad, y muchas veces no cumplen con lo prometido en la etiqueta, resultando incluso en efectos adversos como tensión arterial alta, problemas digestivos y depresión.

Si quieres verdaderos complementos para la “alimentación” del cerebro, busca opciones realmente naturales. Por ejemplo, el pescado suele ser rico en ácidos grasos esenciales que mejoran la función cognitiva. Recientemente, algunos estudios se han dado a la tarea de probar que el consumo de 2 a 4 tazas de té o café disminuyen el deterioro cognitivo (aunque no se sabe si es por causa de la cafeína o de los antioxidantes naturales de estas bebidas), llegándose incluso a proponer este hábito como prevención para el Alzheimer.
A dormir
Dormir no es solo un proceso en el cual descansa nuestro cuerpo, pues esta actividad también está relacionada en la formación de nuevas memorias. Cuando no dormimos adecuadamente, Las zonas entre neuronas donde se lleva a cabo la comunicación se ven inundadas de proteínas que se van acumulando, provocando que sea más complicado pensar y aprender cosas nuevas.
Así mismo, varios estudios proponen las alteraciones crónicas del sueño (como el insomnio) están vinculadas con el deterioro cognitivo en la vejez, aunque los resultados no son del todo concluyentes.

Relajación
La tensión y el estrés son estados de alerta que ayudan al cerebro a tomar decisiones y sobrevivir en situaciones de alerta. El problema ocurre cuando nos enfrentamos a estos estados de manera crónica, pues afectan a varias zonas del cerebro, incluyendo al hipocampo y otras áreas implicadas en la memoria. Por ello la importancia de relajarse y mantener un estilo de vida equilibrado para cuidar de nuestro cerebro.
Ejercicio mental
Si bien es importante el ejercicio físico, para mantener alerta y activo al cerebro éste requiere de otra clase de estímulos. Por ello se recomienda la realización de actividades como rompecabezas, crucigramas, sopas de letras y sudokus, para que el cerebro se mantenga en forma al pensar en los desafíos y concentrar su atención en un objetivo. Obtener nuevos conocimientos y estudiar también ayudan a mantener un cerebro saludable, al punto de que la falta de educación y de entrenamiento de nuestro cerebro conforman un fuerte predictor del deterioro cognitivo.

Así que ahora es tiempo de poner a prueba todos estos consejos.