Llega Pascua y por todos lados podemos ver simpáticos huevos de colores haciendo su aparición en diversas formas: como decoraciones de papel, como manualidades para hacer con los niños, como deliciosos postres de chocolate… Un objeto tradicional, que sin embargo no parece entrar exactamente en la idea que tenemos de la temporada. Pero, aunque parezca raro, los huevos forman parte de la celebración de la Pascua por una razón.

Orígenes antiguos

Desde la antigüedad, los huevos han sido utilizados por diferentes civilizaciones para representar la fertilidad y la vida. Por ello era común que, durante la primavera, estación del año que se asocia con el renacimiento de la naturaleza, se regalaran huevos decorados para conmemorar la ocasión.

Ya que la primavera y la Pascua suelen celebrarse en épocas cercanas, muchos piensan que esta antigua tradición fue amalgamada con las tradiciones cristianas, y el huevo pasó a ser un símbolo de la resurrección de Cristo y la esperanza de la nueva vida para los creyentes.

Tradición Cristiana

Sin embargo, existe otra razón por la cual los huevos se han relacionado tan estrechamente a la celebración pascual, relacionada con la práctica del ayuno durante el periodo de la Cuaresma. Esto se debe a que en la Edad Media el Papa Julio III prohibió el consumo de carne, huevo y productos lácteos como parte del sacrificio en preparación a la Crucifixión y Resurrección de Cristo, prohibición que era levantada el Domingo de Resurrección.

Por ello, los huevos se convirtieron en el platillo por excelencia de la celebración, siendo compartidos y regalados entre los congregantes. Esta misma abstinencia de huevo tuvo como consecuencia las coloridas decoraciones del alimento ya que, para preservar los huevos en la época previa a la refrigeración, estos eran recubiertos por una delgada capa de cera, que posteriormente fue decorada para ofrecerlos como regalos.

Aunque con el tiempo se levantó la prohibición de comer huevo durante la Cuaresma, la costumbre persistió entre la gente, convirtiendo el regalar huevos decorados en Pascua como una tradición que sobrevive hasta nuestros días.

De colores y sabores

Una de las principales características que distinguen a los huevos de Pascua de los demás son sus decoraciones. Éstas son muy variadas y dependen de tradiciones lugareñas, pues mientras que en Armenia se acostumbra pintar imágenes de Cristo y de la Virgen en la cáscara de los huevos, en Grecia la tradición dicta que los huevos se tiñan de rojo en conmemoración a la sangre derramada por Cristo en la Cruz.

Por otro lado, actualmente es mucho más común disfrutar de huevos de chocolate como parte de la celebración. Este cambio del típico huevo a un dulce sucedió en las casas chocolateras de Alemania, Italia y Francia en el siglo XIX, buscando refinar la costumbre popular y crear un confite más elegante que pudiera ser degustado al terminar los sacrificios propios de la Cuaresma.

¿Y el conejo?

Una práctica aún más extraña que regalar huevos de colores en Pascua es el hecho de que en muchos lugares a los niños se les cuenta que es un conejo quién esconde los dulces en sus hogares. El origen de esta fábula parece ser una medida para invocar algo de ilusión y sorpresa a los niños durante esta celebración.

Sin embargo, existe una historia que vincula directamente al conejo de Pascua con la Resurrección de Cristo. Se dice que un conejo estaba pasando por la tumba de Jesús justo en el momento de la Resurrección, siendo así el animalito testigo de este importante milagro en historia de la humanidad. Queriendo comunicar la buena noticia, pero incapaz de hablar con los humanos, encontró otra manera de hacer llegar su mensaje, escondiendo huevos coloridos en los jardines.

Lo importante

A pesar de lo curioso que pueda ser la historia del conejo de Pascua o lo llamativos que resulten los huevos de colores, nunca hay que perder la vista de lo más importante. Estos elementos tradicionales son solamente recursos que nos deben hacer voltear la mirada al verdadero significado de la Pascua, al inmenso sacrificio de Jesús en la Cruz, su Pasión, su Muerte, pero sobretodo su Resurrección, por la cual la humanidad finalmente ha sido salvada del pecado.

Porque tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo unigénito, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. (Evangelio según San Juan 3:16)

Fuentes

El Huevo de Pascua

El significado de los huevos de Pascua

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Significado de Huevo de Pascua

Significado de los huevos de pascua